La criminalidad organizada, el comercio ilícito de drogas, el fraude, la corrupción, el terrorismo y su financiación y el lavado de activos, son algunas de las principales preocupaciones del mundo que han obligado a los países y sistemas jurídicos locales a buscar herramientas para luchar contra estos delitos y prevenir a los diferentes negocios y entidades de estos fenómenos transnacionales.
Las actividades relativas al blanqueo de activos y el financiamiento del terrorismo, constituyen una seria amenaza para todas las organizaciones y entidades que desenvuelven sus actividades productivas amparadas en las leyes y normativas vigentes en los diferentes países, principalmente para las instituciones bancarias, de seguros, casa de bolsa, agentes de cambio y remesas, y en general, para toda la sociedad y empresas productivas.